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Evaluación de Actividades de Desarrollo Tecnológico y Transferencia

A partir del año 2010, en la reunión plenaria organizada por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan, comenzamos a trabajar y proponer una instancia de Evaluación de Actividades de Desarrollo Tecnológico y Transferencia. Por medio de esta iniciativa planteábamos la necesidad de que estas actividades fueran valoradas del mismo modo que las actividades de desarrollo científico, básico o aplicado, y sus publicaciones.

Fue así que en 2011 en la reunión plenaria de Mar del Plata hicimos una presentación a quien por aquel entonces era Secretario de Articulación Científico-Tecnológico del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (MINCYT), Alejandro Ceccatto.

En agosto de 2012 se hace público un acuerdo denominado “Documento I de la Comisión Asesora sobre Evaluación del Personal Científico y Tecno‑ lógico: Hacia una redefinición de los criterios de evaluación del personal científico y tecnológico”.

Este documento fue posterior a nuestra propuesta; de alguna manera Ceccatto tomó esto y lo transformó en una discusión o debate interno de MINCYT.

En julio de 2013 el MINCYT presenta un segundo consenso denominado: “Documento II de la Comisión Asesora sobre Evaluación del Personal Científico y Tecnológico: Precisiones acerca de la definición y los mecanismos de incorporación de los Proyectos de Desarrollo Tecnológico y Social (PDTS) al Banco Nacional de Proyectos del MCTIP” que prevé la creación de un Banco Nacional de PDTS.

Este documento es más explícito, más detallado, e incorporan la novedad del Banco Nacional de Proyectos: estos proyectos no requieren las mismas exigencias que un proyecto ortodoxo de investigación. También fueron tenidos en cuenta las evaluaciones de investigadores, de desarrolladores tecnológicos, carreras, evaluaciones institucionales.

En noviembre de 2013, el MINCYT conforma cuatro comisiones de acreditación de PDTS, dependientes de Secretaría de Articulación Científico Tecnológica; una por cada gran área de conocimiento: a) Ciencias Agrarias, de Ingenierías y Materiales, b) Ciencias Biológicas y de la Salud, c) Ciencias Exactas y Naturales, d) Ciencias Sociales y Humanidades.

Cada comisión cuenta con 10 integrantes: 4 son representantes de las universidades (2 por el Consejo Interuniversitario Nacional ‑ CIN y 2 por el Consejo de Rectores de Universidades Privadas ‑ CRUP), 4 son representantes de organismos de Ciencia y Técnica, uno es representante de la Secretaría de Políticas Universitarias y otro de la SACT del MINCYT.

Roberto Giordano Lerena, actual presidente de CONFEDI, integra la Comisión de Acreditación de Ciencias agrarias, Ingenierías y Materiales, y desarrolla posteriormente un artículo en el que detalla lo que es un PDTS. Cómo debe ser conformado, formulado y evaluado por cada universidad y cómo deben ser las instancias de acreditación en la comisión del MINCYT.

Todo este proceso constituye una labor muy importante por parte de CONFEDI, y esta es una labor que no ha terminado, queda un camino por recorrer que implica profundizar la realización de PDTS sobre todo de Facultades de Ingeniería de Argentina, profundizar los trabajos de transferencia al medio productivo y social de nuestras Facultades de Ingeniería, y lograr finalmente que los sistemas de evaluación los tengan en cuenta.

Con la enunciación por parte de la SPU de un nuevo sistema de evaluación de docentes investigadores universitarios que está en ciernes, que va a depender de la SPU y que va a tener una conformación muy diferente a las actuales comisiones evaluadoras de proyectos y programas del MINCYT, quizás las Facultades de Ingeniería tengamos la oportunidad de incidir más en estas comisiones evaluadoras para que finalmente no solo se reconozca a los PDTS y a la labor realizada por el CONFEDI, sino también para poder promoverlos y fomentar su organización porque estamos convencidos que en países como los nuestros y en un contexto latinoamericano similar, la necesidad de desarrollos tecnológicos pertinentes a nuestras realidades sociales, científico-tecnológicas, culturales, políticas y económicas, merecen ser tenidos en cuenta de ese modo.

Por Miguel Sosa

 

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