RESUMEN

Según la ONU la población mundial alcanzará hacia el 2050 los 9,7 billones de personas con mayor demanda de alimentos y sobreexplotación del suelo y el agua. Para mitigar el impacto ambiental, erradicar la pobreza y mal nutrición, la FAO manifestó que el consumo de insectos por humanos (entomofagia) puede contribuir a la seguridad alimentaria y a la protección ambiental. El reemplazo de proteínas animales es clave para asegurar alimentos nutritivos y en este sentido, los insectos ofrecen un aporte válido de proteínas comparable a las fuentes convencionales.

A pesar de que globalmente se consumen más de 2000 especies de insectos, en Argentina no es una práctica difundida ni regulada aún.

En INTI se investiga la potencialidad de este recurso. En este trabajo se releva información a partir de encuestas virtuales sobre su aceptación y si el consumo de insectos procesados podría utilizarse como una estrategia para combatir la entomofobia.

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