La protección de derechos intelectuales, así como los registros de patentes y modelos de utilidad, han caracterizado a los países industrializados en general. Esta protección ha permitido otorgar, desde una perspectiva industrial/económica y de impulso al desarrollo de la tecnología, un marco regulatorio para resguardar derechos, que en muchos casos se originan con desarrollos científicos en laboratorios o centros de investigación, para desembocar luego en diseños industriales o inventos de utilidad pública.

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