1- La nostalgia: la ventana del mundo emocional
Cuando nos invade la nostalgia recordar es bueno. Las personas estamos hechas de recuerdos, de experiencias y vivencias que edifican lo que somos en la actualidad. Dejar que la nostalgia nos acaricie de vez en cuando con su aire tibio y evocador es positivo. Según nos dicen los especialistas, el ser humano pasa gran parte del día “recordando cosas”, aunque no debemos anclarnos a esos recuerdos de una forma obsesiva.
Una de las facultades que nos propicia el mundo emocional es sin duda la sensación de nostalgia. Se trata de evocar un recuerdo pero no un recuerdo cualquiera, sino uno querido, uno añorado de ese nuestro álbum particular del pasado. Sin saber cómo, nos vemos de pronto arropados por multitud de imágenes, sensaciones, palabras y sonidos de ese ayer que nuestra memoria ha guardado, con sigilo y ternura, en una parte especial del arcón de nuestra memoria, un lugar mágico.
Los recuerdos tejen lo que somos. Y la mayoría del tiempo, las personas somos nostalgia. Somos recuerdos.